También me motiva a escribir y crear un mensaje un poco más transparente de lo que hay.
Me dieron ganas de hacer una lista de cosas que veo/siento de manera diferente cuando se trata de emprender.
Vender no es perseguir clientes potenciales hasta que compren.
Como mujeres creamos recibiendo, es nuestra naturaleza y somos imanes del crecimiento y de la abundancia.
Vender es un intercambio hermoso en donde todos ganan.
Mientras más emprendes con el alma, más satisfacción sentirás por tus resultados, mientras más te alejas de tu auténtico ser, más te pesara el negocio.
Descansar es parte de crecer.
Atraes a los clientes y los empleados que te enseñan exactamente lo que necesitas aprender para poder crecer.
La procrastinación es un mensajero, no se batalla, se acepta y se investiga qué es lo que te quiere decir.
Ya eres suficiente para lograr lo que deseas.
Cuándo quieres abandonar un programa/un curso porque no lo has tomado o implementado, la lección más grande que puedes sacar de ahí es responsabilizarte por tus actos. Ya no es el contenido del curso lo que importa, es la habilidad mental de decir: yo soy responsable de mis resultados, no busco la responsabilidad en otros.
Cada segundo es una oportunidad de cambiar tu vida de la pasividad a la actividad y de la inconsciencia a la conciencia.
El que se responsabiliza de sus propios actos, avanza.
El crecimiento está en la aceptación.
No persigo el algoritmo, me enfoco en la expresión creativa de mi auténtico ser y lo que es mío, llegará.
Del éxito no se aprende mucho, donde se aprende es fallando.
Te queremos,
Justine
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